martes, 12 de enero de 2010

El Futuro es ahora mismo...


Confieso desde hoy que soy admiradora de Alejandro Páez Varela. Me gusta leer sus textos aunque siento debilidad por los que plasman su interior, su soledad, su disgusto por cómo nos trata el tiempo, su vida..

Esto más que blog, se ha convertido en mi diario virtual. A nadie le he dicho que tengo blog o solo a alguien pero dudo mucho que pierda tiempo leyendo mis tonterías.

Así que por ké no poner akí este texto de Páez..ojalá alguien lo encuentre en alguna parte del mundo y le provoque algo parecido de lo que causa en mí..


"Qué difícil es ver hacia el futuro sin parpadear. Uno pensaría que sólo el pasado despierta nostalgia pero no es así: imaginar el futuro también. Por lo menos en mí. Da nostalgia lo que vives tanto como lo que no vivirás. Y entiendes que no debería ser de otra manera. Solemos decir que el futuro es la esperanza, un cuaderno en blanco, una historia que empieza y otros chicles mascados. Pero si creemos que adelante en el tiempo estará una parte de nosotros, es imposible no encontrarse con la zozobra, y parpadear.

Hay una paradoja que se convierte en condena: No podemos desechar el pasado y, por lo tanto, el futuro no es un papel en blanco. Tenemos la opción de no ver hacia atrás, pero el que olvida de dónde viene y se vuelve enemigo de la memoria terminará por caer en los mismos errores, como diría José Alfredo. Ver al pasado es un reecuentro con nosotros mismos y eso no siempre es buena noticia. Sin poder renunciar a lo que se va quedando, el futuro se nos plantea como una novedad a medias. Soy yo mismo, más adelante. Es usted mismo, los mismos nosotros. Y si el presente carga con tristeza o si viene tan lleno de bendiciones o sinsabores,¿así será el futuro? ¿Cómo burlarlo?

Ahora que me veo con arrugas, más cansado y menos entusiasta, procuro decirme que el que está allí, en el espejo, es el hombre más joven, el más vigoroso, el menos amargado y menos feo que veré desde hoy y hasta el último día de mi vida. Es la mejor versión de mí. Esto que ven, amigos, se irá por un tobogán: seré la decoloración de mi propia polaroid.

Entonces me repito: disfrútate así como estás. Gástate. No vendrán "tiempos mejores" en esta vida. Esos ya pasaron o pasan frente a ti. Y me dan ganas de ir a todas las fiestas, subirme al Metro a diario o comerme a mí mismo, en la ansiedad. Me quiero probar cuanto abrigo vea y acariciar las pieles más tersas y las más ásperas. Me río mucho y lloro; me hinco para revisar que no tengo cayos en las rodillas. sacudo la cama, limpio mi carro,voy al trabajo, me bebo los tragos que más me le gustan al paladar, al hígado y a los riñones, mis grandes cómplices. Corro para que no me atrape el viento, salto para que me humille la gravedad, me rasco para confirmar mi piel. Y me entero así que nada de esto es nuevo. El del espejo es el mismo de ayer, el de mañana perderá algo. No hay manera de evitarlo: la gente como yo vive despidiéndose.

Dice Woody Allen que se interesa en el futuro porque es el sitio donde pasará el resto de su vida. Demasiado optimismo, verdad a medias:en realidad es el lugar al que llegaremos sin haber sido invitados, y del que no regresaremos. El futuro es casi impensable: nos llega demasiado rápido.

Qué difícil es ver hacia el futuro sin parpadear. Qué ilusión es pensar que puede ser un amigo. El futuro simplemente está allí; aunque no lo tomes, te llega. Es mi presente: no lo pienso demasiado, no lo busco demasiado. Es otra vez yo, el del espejo, con un poco más de cansancio encima. Es la puerta que se abre a cada paso y se cierra para siempre en cuanto curzas el umbral. Y nada más. "


Siempre he sido optimista en cuanto al futuro y que de alguna manera aquéllos días serán mejores que hoy mismo y he defendido mi idea aunque sepa que tienen razón, pero a Páez, le creo todo, le creo y le acepto hoy que el futuro es hoy mismo.

Le creo que el futuro llega demasiado rápido y que como dice en otro de sus textos, el tiempo nos trata con desdén. Le creo que al vernos en el espejo hoy y mañana la única diferencia es que tendremos menos de vida que ayer y más arrugas y seguridad de que estamos envejeciendo.

También que no podemos desechar el pasado y por tanto no podemos olvidar quiénes somos y de dónde venimos.

Le creo que es hoy cuando debemos gastarnos y es hoy cuando debemos disfrutar la vida y así como estamos. Le creo que el día de los "tiempos mejores" es hoy mismo.

Hoy me da miedo asomarme al futuro e imaginarme llena de arrugas y con más achaques de los que puedo tener en este instante.

Alejandro, te creo todo eso.

Pero para tener una ilusión en la vida me permito pensar e imaginar (fuera de la razón) que tendré un día mejor que hoy y que al mirar el pasado, la nostalgia me acompañe y la alegría me lleve podré decir: mejor, no pude vivir..